“No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”
Gustavo Adolfo Bécquer

martes, 30 de mayo de 2023

Escombros de un viejo amor

 

ESCOMBROS DE UN VIEJO AMOR

 

Primer lunes de febrero, 7.45 a.m. Gustavo se dirige hacia su trabajo después de las merecidas vacaciones anuales. Lo hace a pie, como siempre, debido a la cercanía de su casa con la oficina donde se desempeña. Al doblar la esquina, observa obreros y máquinas trabajando en una demolición. Al aproximarse a la misma comprueba, pasmado, que se trata de la vieja biblioteca municipal. Debe cruzar la calzada ya que aquella vereda está cortada, por seguridad, al paso de transeúntes. Se detiene en la acera opuesta y ve cómo las altas aberturas de la fachada y el deteriorado techo de zinc ya han sido retirados. Puede vislumbrar, luego de algunos años, parte del interior del edificio. La escena lo traslada a otro tiempo…

 

- Hola, muchacha. Te noto desorientada… ¿Puedo ayudarte?

- Sí. Es la primera vez que vengo y me cuesta encontrar los libros que quiero leer.

- Lo sospeché. No te había visto antes por acá. ¿Buscás a algún autor en especial?

- Si, a Alejandra Pizarnik…

- Ahhh…

- ¿Me parece a mí o, por el tonito, no es de tu agrado?

- Prefiero la poesía clásica.

- Ahhhjjj…

 

El ruido estremecedor de los escombros cayendo dentro del volquete lo vuelven a la realidad. La pala mecánica no cesa de extraer restos de aquel prestigioso edificio. Gustavo, un cincuentón bastante melancólico, no puede evitar el recuerdo de cuando allí conoció a Alejandra, hace varios años…

 

- A estos “sediciosos” podés hallarlos en el pasillo siguiente, creo. No sé bien porque nunca voy por ahí…

- Entiendo. Vos sos el que quita las telarañas de los libros de esos poetas líricos que ya nadie lee…

- Muy graciosa. ¿Puedo saber tu nombre?

- Alejandra, como mi preferida. Vos debés llamarte Baldomero, ¿no?

- No, chistosa. Mi nombre es Gustavo…

- ¡Debí suponerlo! ¿Gustavo Adolfo… quizás?

 

El hombre sonríe al rememorar aquellas irónicas conversaciones. Se para en puntas de pie tratando de ver más allá de las ruinas de la fachada. Recuerda el zaguán de esa antigua casa convertida en biblioteca. Los pisos de madera, las amplias salas cuyos arcos delataban la anterior presencia de paredes. Una mampara de hierro con coloridos cristales era la antesala de una cómoda galería con piso de mosaico. Allí, una mesa de hierro forjado con tapa de granito y unos sillones del mismo metal pero con almohadones como asientos, incitaban a disfrutar de apacibles tardes de lectura al aire libre. En una de ellas…

 

- Ale... Te invito a leer en la galería. Voy al kiosco de la esquina a comprar una gaseosa y vuelvo pronto…

- Comprate una calculadora también. Así podrás contar mejor los versos y las sílabas de este libro de… ¿Bernardo me dijiste?

- ¡Bernárdez!

 

Gustavo se enamoró de Alejandra, de su simpatía, su inteligencia, de la belleza oculta detrás de sus pequeños anteojos. También de la pícara malicia agazapada en su ingenua apariencia. Tuvo la fortuna de ser correspondido. Así comenzó un apasionado romance, siempre caracterizado por las dulces peleas entre ambos por los diferentes estilos literarios. “Cuando nos casemos tendremos que comprar dos estanterías diferentes…” solían decir. Pero aquel matrimonio no fue el más afortunado. Las diferencias entre ambos traspasaron la barrera de los libros. Las últimas discusiones no fueron para nada simpáticas. Alejandra nunca se sujetó a las reglas que su esposo pretendía para el hogar y una mañana se marchó. A Gustavo tampoco le importó su partida, harto de tanto desorden y rebeldía.

 

La antigua biblioteca fue reemplazada hace unos años por una más moderna en otro sector de la ciudad. El muchacho fue a la inauguración pero se decepcionó. La fachada difiere mucho de la que hoy se ha transformado en escombros. La arquitectura es innovadora, con predominio del cristal. Los muebles de melamina suplen a los viejos anaqueles de roble. Los pisos son flotantes. Abundan las computadoras con servicios de internet y bases de datos. Una sala de audiovisuales completa la novedosa edificación. Pero, entre tantas cosas, falta Alejandra. La joven se fue de la ciudad hace mucho tiempo, en los brazos de otro hombre. Gustavo también encontró su media naranja. Pero nunca volvió a saborear el néctar agridulce de aquel viejo amor.

 

Ahora, con los ojos empañados por la nostalgia, mira las ruinas por última vez. Luego echa un vistazo a su reloj y retoma con prisa su rumbo…

 

Alejandra, desde el recuerdo, sonríe feliz. Logró que, por vez primera, su estructurado exmarido llegue tarde al trabajo.

 

Jorge Emilio Bossa

 

Mención en Cuento - Categoría Adultos

Concursos Literarios 2023

Sociedad Argentina de Escritores (SADE) Filial Surbonaerense

Avellaneda (Bs. As.), mayo de 2023




 









GANADORES DE LOS CONCURSOS LITERARIOS DE SADE FILIAL SURBONAERENSE 2023 - CATEGORÍA  ADULTOS

 

CUENTO:

1° Premio - TELEVISIÓN - Oscar Alejandro Jacobsen - Córdoba.

2° Premio - ESTRATEGIA DEL REGRESO - María de los Ángeles Valdez - La Plata (Bs. As.).

3° Premio - ECLIPSE - Romina Edith Sigal - Zárate (Bs. As.).

Menciones:

EL HOMBRE DE BLANCO - Anna Martelli - CABA.

ESCOMBROS DE UN VIEJO AMOR - Jorge Emilio Bossa (Córdoba).

TEATRO HISTERIA - Ariadna Ayelén Zambrano - Alejandro Korn (Bs. As.).

 

POESÍA:

1° - Premio BÚSQUEDA - Silvia Susana Bottallo - Córdoba.

2° - Premio BÚSCAME -  Raúl Ángel Fernández - Villa Adelina - San Isidro (Bs. As.).

3° Premio - SALIR - Daniel  Julio  Amorino - Remedios de Escalada (Bs. As.). 

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