“No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”
Gustavo Adolfo Bécquer

martes, 24 de agosto de 2021

El hijo del otoño

 

EL HIJO DEL OTOÑO

 

Mayo es una postal sepia adherida a los cristales de mi ventana. Sólo una hoja se atreve, impertinente, a irrumpir en la quietud del paisaje. Su caída, mecida por la suave brisa, parece una lágrima dorada precipitándose por las grises mejillas de la tarde.

En mis manos, una vieja edición de las Rimas de Bécquer se asemeja a la estación que hoy reina por aquí. El marchito color de sus hojas y la tristeza del autor le dan todas las características de la época. La única diferencia radica en que los amarillentos papiros del libro resisten estoicamente el paso del tiempo. Se niegan a caer. Allí el otoño se conserva inalterable entre dos tapas de cartón, sin profusos desprendimientos.

Mientras tanto, del otro lado de la lumbrera, el auténtico otoño no cesa su eterno deshojar. Quizás sea ello un obstinado “me quiere, no me quiere” sin destinataria sabida por nosotros. ¿Será la primavera, con su perdurable donosidad, la dueña de su corazón? ¿Será ese amor quimérico el responsable de la congoja que nos trasmite?

 

Retomo mi lectura. El hijo del otoño, como lo acabo de bautizar, sigue enseñándome cómo la melancolía y la belleza pueden ensamblarse en un solo poema…

 

Más allá, el ventanal me recuerda que también logran hacerlo en una sola estación.

 

Jorge Emilio Bossa

 

Segundo Premio Certamen Día del Lector 2021 “Las palabras: huellas eternas”, organizado por el Grupo “Poetas Unidos.

Resistencia (Chaco), 24 de Agosto de 2021.