“No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”
Gustavo Adolfo Bécquer

martes, 10 de noviembre de 2015

El reo


EL REO

El momento de la ejecución había llegado. Al ser interrogado sobre su último deseo, el reo solo pidió a su verdugo que lo perdone. Ya era tarde. Al aproximarse al muro comprobó que no había vuelta atrás. Era hora de pagar por sus reiteradas faltas.

No fue necesario vendarle los ojos. Siempre los tuvo ciegos. Ellos nunca vieron lo que tenían en su derredor. Nunca hasta ahora, a un tris de perderlo todo.

Su verdugo, una joven y angélica mujer, lo miró fijamente. Él se resignó a su suerte. Ella tomó el valor que no había tenido antes.

Luego disparó un “ya no te amo” y laceró su corazón.

Jorge Emilio Bossa

Segunda Mención
15º Premio Guanusacate Letras 2015
Jesús María (Cba.), Noviembre de 2015



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