“No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”
Gustavo Adolfo Bécquer

lunes, 24 de septiembre de 2012

Contrastes


CONTRASTES

Contrastan sus pardos barrotes
con el dorado resto de su cuero,
y caen cual baño de chocolate
que intenta endulzar su cautiverio.

Contrastan sus pardos barrotes
con los grises que tiene por delante,
interponiéndose entre sus fauces
y el albedrío que perdió hace tiempo.

Contrasta su transido encierro
con la alegría de su derredor,
mientras el mundo rueda indiferente
e ignora su absurdo dolor.

Pero más aún contrastan,
separadas por bastones toscos,
las feroces bestias que intimidan de un lado
y las inocentes que penan del otro.

Jorge Emilio Bossa

Primera Mención
II Concurso de Poesía “Letras para el Café”
Feria del Libro, Córdoba, Septiembre de 2012



viernes, 14 de septiembre de 2012

Un amor indeleble


UN AMOR INDELEBLE

            Siempre se encuentran allí, en el viejo hotel. La habitación 115 es de su exclusividad. Cada vez que los dorados dedos del sol resbalan por el azul cristal de la tarde, ella y él se preparan para una nueva cita. Cuando el astro rey finalmente se hunde en la ciénaga del ocaso, ellos reinician su danza febril.
            Nada los detiene. Ya nadie podrá hacerlo. Las añejas paredes del edificio son mudos testigos de un romance tan pasional como perpetuo. La humedad de las mismas no se compara con la de sus cuerpos. Esos cuerpos que vibran al son de cada beso, cada caricia, cada entrega voraz…
            Él siempre inicia el ritual. Ella se deja llevar. Ambos reinciden en el pecado del que nunca fueron absueltos. A pesar del alto precio que hace mucho tiempo pagaron.
            Cada noche la cita se repite. Indefinidamente. Como hace décadas. No necesitan estimulantes para avivar la hoguera que los devora. El tiempo se detuvo para ellos. No para el sitio que los alberga. Allí los muros lucen derruidos. El techo permite que cada lluvia se filtre sin permiso alguno. La maleza, desafiante, gana terreno entre las grietas de la construcción.
El abandono se adueñó del lugar. Para ello tuvo como cómplice a la joven pareja. Ellos se encargaron de ahuyentar a visitantes primero y a anfitriones después. Sus jadeos resultaron insoportables para los mortales que aún se animaban a atravesar el robusto pórtico de ingreso, luego de aquella trágica y lejana noche otoñal.
Con el paso de los años el hotel fue víctima de varios saqueos. Sus lujosos muebles, sus vistosos cortinados, su fina cristalería desaparecieron en gran proporción. Pero los cacos nunca se atrevieron a ingresar a la habitación 115. En ella permanecen, intactos, todos los objetos. Tal como quedaron aquel Viernes 13, marcado con sangre en los calendarios de la época.
Aquella vez un hombre, enajenado por los celos y el rencor, irrumpió en el cuarto. Estaba dispuesto a limpiar su honor. Una filosa hoja de acero le sirvió para ese fin. La misma laceró también la habitual serenidad del poblado, cuando un nuevo día nacía.
Los vestigios de la masacre aún permanecen, indelebles, en cada rincón del recinto. Tan indelebles como aquel amor. Porque el asesino no pudo con ellos, aunque creyó haberlo hecho.
 Los infortunados amantes fueron retirados en medio de la conmoción popular. Pero sus almas nunca abandonaron la habitación. Sólo se desvanecen cuando la alborada traspasa, indiscreta, los desvencijados postigos de su ventana. Invariablemente, al expirar el día, el encuentro se renueva.
Nada los detiene. Ya nadie podrá hacerlo. Si un día tiraran abajo el edificio, ellos, seguramente, continuarán su idilio entre la frondosa y silvestre vegetación del parque. Aquel que otrora luciera prolijo y poblado de flores y hoy es refugio de lechuzas que, con sus chistidos, al lugar lo hacen más maldito.
Mientras tanto ella y él siguen allí, en su invariable y noctámbula guarida, hasta que la claridad los desaloje una vez más. Cuando las noches son calladas, sus eróticos gemidos pueden oírse desde las inmediaciones del viejo hotel. Para espanto de algunos. Para envidia de otros.

Jorge Emilio Bossa

Tercer Premio Género Cuento Corto
I Concurso Literario  “Manuel Torres”
Santa María de Punilla (Cba.)
Septiembre de 2012

Publicado en la antología "LA VOZ DE MI PUEBLO"

junto a escritores de S.M. de Punilla
Editado por Artegraff (V.C. Paz, Cba.), Septiembre de 2012

Publicado en la antología "EN ALAS DE UN SUEÑO"

Ediciones "Mis Escritos" (Bs. As.), Diciembre de 2013







jueves, 13 de septiembre de 2012

Navidad en la cruz

NAVIDAD EN LA CRUZ

Cuando la mañana se desperezaba en la ciudad, él ya estaba allí. Una tenue e ilusa sonrisa se dibujaba en su rostro, ese rostro mustio a pesar de su temprana edad. Soñaba que podía ser su día de buenaventura. El pueblo comenzaba a bosquejar una gran fiesta y él quizás participaría de la misma. Tal vez sería invitado a compartir alguna mesa familiar. En el peor de los casos celebraría aquella fecha con las dádivas recibidas en la puerta del shoping. Pero en soledad. Rodeado de gente pero en soledad. Como siempre. Sólo lo acompañaría su colega de hambrunas… un perrito garrapatoso y sin raza definida.
         Pero el monstruo de mil cabezas que danzaba a su alrededor no repararía en él. De prisa y contra reloj, la gente gastaba y malgastaba sus últimos ahorros en busca de víveres, regalos y cotillón navideño. La psicosis era general. La conmemoración, comercial.
         A él nadie lo veía. Estaba allí, famélico y descalzo, esperando algún humilde obsequio de una mano generosa. Íntimamente sabía que varios de los alimentos comprados ni siquiera serían consumidos. Estarían unas semanas en la puerta de una heladera o en el rincón de una alacena. Luego pasarían por un bote de basura antes de llegar a sus manos. Tarde quizás.
         El día corrió de prisa, como cada 24 de Diciembre. La tarde se desangró sobre los candentes aguijones de cemento y la noche trajo algo de calma. El niño y su mascota se quedaron allí, en las inmediaciones de un shoping extrañamente desierto. En el mismo aún se escuchaban los ecos de un Papá Noel multiplicado que arrasó con sus góndolas. Un Papá Noel que aquel infante desconocía. Aquel que se durmió acurrucado en la vereda desoyendo, como siempre, el sonoro llamado de su pancita. Para colmo de males había refrescado y su andrajoso atuendo ya era insuficiente.
         De pronto despertó sobresaltado. Navidad había llegado y el cielo se estremeció con un estruendo multicolor. Su perrito se espantó de su lado. Con un hilo de voz alcanzó a llamarlo pero fue en vano. El animal huyó despavorido. El pequeño ya no tenía fuerzas para seguirlo. Resignado, comprendió que se había quedado irreversiblemente solo. Justo en esa fecha de encuentros.
         El hambre, el frío, la tristeza, la soledad… eran clavos y espinas invisibles que lo lastimaban sin piedad. Por ello cubrió con sus flácidos bracitos sus ojos y oídos, como protegiéndose de tanta demencia, y se volvió a dormir.
         Su aturdimiento cesó lentamente. La locura que reinaba a su alrededor se transformó en infinita paz. Mientras tanto, muchos celebraban bulliciosamente el cumpleaños de Jesús. Ignoraban que allí, solo, en la puerta de un shoping, Él acababa de morir...
              Una vez más.

Jorge Emilio Bossa

Tercer Premio Género Narrativa
Duodécimo Concurso Literario Internacional
“Alfonsina Storni”
S.A.D.E. Secc. Marcos Juárez (Cba.), Julio de 2012




miércoles, 9 de mayo de 2012

Nuestro firmamento

NUESTRO FIRMAMENTO

- A Silvana -

En nuestro firmamento, esposa mía,
el que hace algunos años compartimos,
no siempre brillan el sol o la luna
como en el tiempo en que nos conocimos.

En nuestro firmamento, esposa amada,
las nubes son visita muy frecuente;
a veces como blancas pinceladas,
otras como brochazos color peltre.

Pero nuestro firmamento, Silvana,
jamás podrá cubrirse por entero…
un astro rey bautizado Gianfranco
siempre iluminará nuestro sendero.

Jorge Emilio Bossa


viernes, 4 de mayo de 2012

Vuelo

VUELO

Al Bicentenario
de nuestra bandera

Pecho blanco, alas azules,
áureo el corazón;
vuela alto, vuela lejos.
No tengas temor.

Nunca detengas tu viaje.
Confíanos el nido
donde un día tú naciste,
hace ya dos siglos.

Vuela, águila guerrera,
vuela en son de paz.
Que la sangre tu plumaje
no salpique más.

Vuela con las alas límpidas,
inmaculado el pecho.
Nosotros, con fe y trabajo,
siempre te honraremos.

Jorge Emilio Bossa

Publicado en la antología

"Escritura Compartida 2012"
C.E.N. Ediciones (Cba.)


martes, 1 de mayo de 2012

Aquellos viejos premios

COMO CADA VIERNES

Ella está parada en la misma vereda de siempre.
Él se está acercando a ese lugar lentamente.
El reloj indica que ya es casi la medianoche.
Ella se sonríe al verlo llegar en su coche.
Sólo trae encendidas las luces de estacionamiento
y su vieja radio con música acorde al encuentro,
y le abre la puerta del lado del acompañante
para que ella suba con su ropa tan insinuante.
Él siempre está solo, no encuentra el amor en su vida,
y sólo con ella tiene placer y compañía.
Ella se dedica a la profesión más antigua,
y sólo con él las noches parecen distintas.
Porque nunca nadie la trató con tanta ternura,
ni le ha dicho cosas tan lindas como él le murmura.
Jamás a su lado se ha sentido una ramera,
ni él se ha dado cuenta de aquello que en ella despierta.
Y, como cada viernes, él la llevará a un hotel;
y vivirán allí dos horas a puro placer.
Pero él no imagina que ella está enamorada,
y se siente vacía seis noches a la semana.

Esta chica sabe de buena familia a su amado
y muy diferente a la que a ella le ha tocado,
que la echó a la calle cuando era aún una niña
para que se gane con su cuerpecito la vida.
Sus mejores años brindó a ese trabajo indecente,
y se hizo adulta sin haber sido adolescente;
pues no tuvo amigas en un colegio secundario,
ni alguien que la ame, ni una fiesta de quince años.
Ahora tiene treinta y siente que fue un desperdicio
dedicar su vida al sexo, al alcohol y a otros vicios;
porque hoy que siente que el príncipe azul ha llegado
ella se avergüenza de su presente y su pasado.
Y sabe que nunca le podrá decir que lo ama,
pues quizás tan sólo él la quiera para la cama.
Pero, mientras calla, se aterra pensando que un viernes
a la medianoche por su calle ya no regrese.
Y, como cada viernes, él la llevará a un hotel;
y vivirán allí dos horas a puro placer.
Pero él no imagina que ella está enamorada,
y se siente vacía seis noches a la semana.

Tercer Premio
Certamen de Poesía 2004
SADE Secc. San Francisco (Cba.)


TRES MOMENTOS

Los pájaros en bandadas
el cielo azul atraviesan,
y en el sendero tropiezan
sus sombras con la alambrada.
Una brisa muy templada
va erosionando la tarde,
mientras el sol hace alardes
de sus dotes de pintor
y da un dorado color
a los techos del paraje.

Mas no era igual el paisaje
en horas de la mañana,
pues la tormenta llegaba
con sus oscuros carruajes
descargando su equipaje
sobre los campos sedientos;
y ofrendando su alimento
al cauce de aquel arroyo,
que arrasaba los escollos
al tornarse algo violento.

Ahora su paso ya es lento,
sus aguas están serenas;
pues cuando la luna llena
se adueñe del firmamento
querrá verse en ese espejo
para saberse muy bella.
Y, cual si bengalas fueran
encendidas en su honor,
velará a su alrededor
un ejército de estrellas.

Primer Premio “Farfalla” en Poesía
Concurso Literario 2006
Familia Trentina – Rafaela (Sta. Fe).

Publicado en "El Libro de Los Talleres"
Editorial Dunken (Bs. As.) 2008


CARRUSEL

La noche ya ha recogido
su infinito manto negro,
el sueño la ha dominado
y la está ahuyentando el miedo.
Ese vampírico miedo
a la claridad del alba
que la empuja hacia el poniente,
donde su ataúd la aguarda.
Y allí dormirá un buen lapso
con la luna en sus manos,
cual si fuera esta un peluche
que un niño le ha prestado.

Mientras tanto, lentamente,
el día empezó a transitar
el sendero hacia la cima
de la acrópolis astral.
Sólo lleva en su equipaje
una acuarela dorada
y mil pinceles dispuestos
a colorear la jornada.
.Todo va recuperando
gradualmente su matiz...
la hierba vuelve a ser verde,
la piedra vuelve a ser gris.

El cielo cambió de amo
por unas horas, no más;
sigue el carrusel girando
sin detenerse jamás.

Tercer Premio Categoría Aficionados
VII Concurso Nacional de Poesía “Fiestas Mayas”
Villa Nueva (Cba.), Junio de 2007

Publicado en la Antología "Horizontes Poéticos"
Autores de San Francisco
Editorial NovelArte (Cba.) 2008


AMOR DE ATELIER

En un chalé pequeño al pie de la montaña,
en un coqueto barrio al sur de la ciudad,
deshilaba la vida entre las telarañas
de su atelier poblado de polvo y humedad.

Su esposa una tarde lo había abandonado
y él, el mismo día, se abandonó también;
al verlo en su mundo bohemio y desolado,
la apática desidia lo hizo su rehén.

Sus horas grises eran apenas salpicadas
por una mariposa de alas multicolores
y alma de madera, que en su mano volaba
en busca del pincel y sus sensuales roces.

Pero la inspiradora de su mejor pintura
no estaba allí sentada posando frente a él,
sólo un sillón vacío guardaba la figura
de una imaginaria y excitante mujer.

Ella vivía al frente, cruzando la calzada,
y era mucho más joven y más bella que él;
quién la observaba ansioso desde su fría ventana
y en el lienzo estampaba palmo a palmo su piel.

Mas cuando la muchacha no estaba ante sus ojos
bastaba con cerrarlos para volverla a ver,
ella vivía en la mente de un demente virtuoso
que sólo en su arte mostraba lucidez.

Luego de una extensa caravana de roña,
de hambre y de insomnio, de tabaco y alcohol;
vio, feliz y agotado, acabada su obra
y se durmió saltando de uno a otro sol.

Y cuando la mañana se incrustó en sus pestañas,
al paño de reojo observó con pasión…
y descubrió, pasmado, que en el mismo no estaba
su amada retratada; solamente el sillón.

De pronto, una risa dulce como la caña
le puso melodía al silente taller;
abrió grandes los ojos y a la bella dama
la vio en carne y hueso parada frente a él.

Ella estaba vestida como la había pintado,
y él de pie se puso con incredulidad;
se acercaron sin prisa, estrellaron sus labios,
y aquel dulce delirio se transformó en carnal.

Desde aquella mañana él vive su romance
y hace caso omiso a aquellos comentarios
que dicen que está loco y debiera internarse,
y que su enamorada se ha mudado de barrio.

Y cuando algún cliente llega a su residencia,
a su puesto en el lienzo retorna la mujer;
y él rechaza ofertas diciendo “no está en venta”
si consultan por ella, su amor de atelier.

Primer Premio
IX Concurso Nacional de Poesías
“Ciudad de Villa Nueva”
Villa Nueva (Cba.), Noviembre 2008

Publicado en la Antología "Símbolos y Palabras"
del Taller Literario Municipal Leopoldo Lugones de San Francisco
Editorial NovelArte (Cba.) 2009


HOJARASCA

La tarde se funde en el horizonte
mientras incendia la calva arboleda,
el otoño luce su uniforme
y unos pasos crepitan en la acera.

Son lentos y con dirección errante,
igual que la caída de las hojas;
son los pasos de un solitario infante
que su futuro inmediato deshoja.

Sólo sabe que no volverá a casa
pues allí no será bien recibido,
hoy la recaudación ha sido escasa
y ello puede costarle algún castigo.

Porque, cuando la suerte lo maltrata,
son sólo dos monedas su tesoro…
en el bolsillo negro una de plata
y en el bolsillo azul otra de oro.

Pero no es suficiente esa riqueza
para costear los vicios de su padre
y llevar el pan a su humilde mesa.
Por ello, él se pierde con la tarde.

Y quizás sea el banco de una plaza
con sus duros maderos su colchón,
quizás sea su cobija la hojarasca
y la fría ciudad su habitación.

Tal vez, como es la vida de este niño,
ha sido la de sus progenitores
y será la de sus futuros hijos;
idiosincrasia de generaciones.

Mas, en el resto de la sociedad,
disímiles posturas han logrado…
indiferencia, solidaridad,
usufructo, demagogia, rechazo,…

Y al mismo tiempo solamente esperan,
sentados a un costado de la vida,
que sus urgencias los demás resuelvan
en actitud dependiente y pasiva.

Pero si en ellos no comienza el cambio,
ni se permiten que su inclusión nazca,
siempre veremos chiquillos vagando
por las calles como torpe hojarasca.

Primer Premio en Poesía Libre
Cuarto Certamen Literario Regional
“…Arrojando palabras al cielo…”
Estación Matilde (Santa Fe), Septiembre 2009

Publicado en la Antología "Símbolos y Palabras"
del Taller Literario Municipal Leopoldo Lugones de San Francisco
Editorial NovelArte (Cba.) 2009