“No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”
Gustavo Adolfo Bécquer

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Gracias, Vero


ATILA

Detén humano, por un momento,
tu insaciable avance hacia el progreso.
Voltea la cabeza hacia atrás.
Mira el tamaño de tus pisadas,
cada vez más grandes,
cada vez más fuertes.

Tu huella se ha vuelto demasiado ancha.
Al mismo tiempo se estrecharon
los verdes márgenes.

¿Dónde está el exuberante entorno
que bordeaba tu sendero?

Haz un viraje…
Es momento justo para una regresión.
Debes desandar el camino.
Ver cuántos errores has cometido
y cuántos se pueden enmendar.
Contar, una y otra vez,
las piedras con las que has tropezado
(una y otra vez)
y hacerlas a un lado.

Estás a tiempo de corregir el rumbo
hacia un futuro planificado,
de priorizar la vida
(tu vida, humano).

Solo así volverá a crecer la hierba
detrás de tus pasos…

Solo así, humano.

Autor: Jorge Emilio Bossa.
Lectura: Verónica Bono.

Del Poemario “EnAmorArte”, presentado en el Centro Cultural y Biblioteca Popular San Francisco el Sábado 18 de Noviembre de 2017.



Gracias, Martín



BANDERA VERDE

Izo mi bandera verde.
Quiero que levante vuelo,
que al cielo se eleve
y lo toque con las manos.
Quiero que nos limpie el aire,
ese que a diario enviciamos.

La regué cuando pequeña.
Disfruto al ver cómo crece,
y al notar ese tallo frágil,
librado ya de tutores,
convertido en tronco fuerte.
Y allá arriba su estandarte,
esa frondosa cabellera
que al viento se mece.

Sube, bandera verde…
Toca el cielo con las manos,
tú, que puedes…
Tú… ¡Que sí lo mereces!

Autor: Jorge Emilio Bossa.
Lectura: Martín Luengo.

Del Poemario “EnAmorArte”, presentado en el Centro Cultural y Biblioteca Popular San Francisco el Sábado 18 de Noviembre de 2017.




viernes, 17 de noviembre de 2017

La artista


LA ARTISTA

Ella se paró frente al atril. El lienzo mostraba una tonalidad ocre, deseosa de que alguien le diera vida. La célebre artista tomó la paleta con una de sus manos. Ésta le ofrecía su excitante variedad de colores. Entre los dedos de la otra mano un inquieto pincel se disponía a trabajar.
Comenzó con el verde. Mezclándolo ligeramente con otras gamas, le dio al fondo de la imagen distintas tonalidades de ese color.
A continuación, una fresca lluvia septembrina se lanzó sobre el lienzo. Lejos de borrar sus trazos, le dio un exuberante brillo a la base que acababa de pintar.
Después, el sol tomó protagonismo. Primero oreó las verdes pinceladas para que la artista pudiera continuar su obra. Luego, ayudado por los resabios pluviales, logró que un esplendoroso arco iris se erigiera entre las manos de la virtuosa artista, desde la paleta hacia el pincel. Ella comenzó a dispersar sus colores sobre el paño hasta lograr que su obra tuviera la misma policromía que aquella mágica curvatura.
Aunque ya había pintado infinidad de cuadros similares, éste le parecía el más sobresaliente. En verdad, muchos creadores piensan que su última obra siempre es la mejor.
Antes de culminar el cuadro, en un rincón inferior del mismo puso su firma (“Primavera”) y guardó sus instrumentos hasta el próximo septiembre.

Jorge Emilio Bossa

Segunda Mención
Primer Certamen Nacional  de Minicuentos
S.A.D.E. Seccional Coronda 
Coronda (Santa Fe), Octubre de 2017 

La SADE Filial Coronda, comunica el resultado del Certamen de Cuentos Breves. El jurado determinó los siguientes premios:

1° Premio: “Insólito favor” de Alberto Mario Martinena - Venado Tuerto - Santa Fe
2° Premio: “Y no me di cuenta” de Julio César Querejeta - Ciudad de Buenos Aires
3° Premio: “Escobroche” de Eduardo José Borawski Chanes - Mar del Plata

Menciones

1°: “Nuestra historia es desencuentro” de María Carla Solari - Ciudad de Buenos Aires
2°: “La Artista” de Jorge Emilio Bossa - San Francisco - Córdoba
3°: “Morel en singular” de Anselmo Miguel Molinas - Santa Fe




miércoles, 8 de noviembre de 2017

Resurrección


           RESURRECCIÓN

          Cae la última hoja del otoño. Una suave brisa es la única integrante del cortejo que la acompaña hasta su última morada. Allí, en la calle, pronto será un despojo. Las pisadas indiferentes la convertirán en polvo y nadie recordará su esplendor, cuando en su trono los miraba a todos desde arriba.
          Pero ahora está allí abajo, frágil e indefensa, transitando su sepia agonía. Mas no hay dolor en su alma. Dentro de unos pocos meses renacerá y volverá a ocupar su verde estrado. El ciclo se repetirá y gozaremos de su nueva resurrección.
          Mientras tanto, la vida y la muerte continuarán su disputa hasta el final de los tiempos. Ese día, la muerte vencerá y la última hoja del otoño ya no esperará una nueva primavera…

          Jorge Emilio Bossa

          Primer Premio Género Cuento Breve
          16º Certamen Literario Nacional “Leopoldo Lugones 2017”
          Fundación Educacional de la Usina Popular Cooperativa
          Necochea (Bs. As.), Noviembre de 2017



martes, 19 de septiembre de 2017

Una botella en el río


UNA BOTELLA EN EL RÍO

El sol matizaba la villa serrana, aquella tarde de marzo. Pero no podía darle brillo. La costanera y su barrio más próximo mostraban un paisaje desolador. Pía, una lugareña de solo diez años de edad, cruzó escombros y fango y se acercó al río. En sus pardos ojos se notaba la tristeza. En sus morenas manos llevaba una botella de vidrio, tapada con un corcho, y un papel enrollado en su interior. El mensaje estaba dedicado a ese pequeño curso de agua que la vio crecer. En él le recriminaba la mala actitud que había tenido un par de días antes. Aquella aciaga mañana la correntada arrasó con los juegos infantiles que había en la ribera. No conforme con ello, ingresó al pueblo y destruyó, entre otras, su casa. A causa de ello, Pía vivía en el polideportivo del club, evacuada junto a su familia. La esquela comenzaba diciendo “Creí que eras mi amigo”. Luego de una lista de reproches, culminaba con un duro “¡No quiero volver a verte! ¡Adiós!”
La niña arrojó con rabia la botella al agua. Después vio como la corriente la arrastraba como un bote a la deriva. Una década de amistad se iba con ella. Cuando la perdió de vista, se marchó llorando del lugar.

Al día siguiente, Pía regresó arrepentida a la costanera. Se sentó a orillas del río y comenzó a acariciar el agua que corría serena por el lugar. Luego le dijo: “¿Sabes una cosa? Le conté a mi papá lo que hice y él me respondió que no debía enojarme contigo. Me dijo que si tu dulce canto un día se transformó en un furioso rugido, no fue por tu culpa. Somos los humanos los que te maltratamos y te hacemos enojar. ¿Me perdonas?”
La pequeña se quedó en silencio un largo rato, mientras seguía acariciando el transparente lomo del río. Solo podía oír su murmullo, ese suave murmullo que parecía decirle: “No te preocupes, Pía. Si entendiste el mensaje de tu padre… ¡Siempre seremos amigos!”

Jorge Emilio Bossa

Mención de Honor Género Cuento
4º Certamen Internacional de Literatura Infantil escrita por adultos
Certámenes Anuales 2017
Ediciones Mis Escritos
Buenos Aires, Septiembre de 2017


lunes, 11 de septiembre de 2017

Bodas de Plata


1992 - 11 de Septiembre - 2017

Bodas de Plata con Silvana María Mandrille